Gestión de residuos | El reto de mejorar la fracción orgánica

EL RETO DE MEJORAR LA GESTIÓN DE LA FRACCIÓN ORGÁNICA DE LOS RESIDUOS DOMÉSTICOS

A finales de 2015, la Comisión Europea publicó un nuevo y ambicioso paquete sobre la economía circular a fin de estimular la transición de Europa hacia una economía que impulse la competitividad mundial, fomentando el crecimiento económico sostenible y creando nuevos puestos de trabajo.
En una economía circular, el valor de los productos y materiales se mantiene durante el mayor tiempo posible; los residuos y el uso de recursos se reducen al mínimo, y los recursos se conservan dentro de la economía cuando un producto ha llegado al final de su vida útil, con el fin de volverlos a utilizar repetidamente y seguir creando valor.
Ya en la Directiva Marco de Residuos (2008), transpuesta al derecho interno a través de la actual Ley 22/2011, de 28 de julio, de residuos y suelos contaminados, se establece la obligatoriedad para los Estados miembros de tomar medidas para fomentar la prevención, la reutilización de los productos y las actividades de preparación para la reutilización y el reciclado, garantizando el cumplimiento de una serie de objetivos claramente definidos de reducción, preparación para la reutilización, reciclado y valorización. 
En esta línea, también se hace especial hincapié en la importancia que tiene la adopción de estrategias que aseguren una gestión de los residuos orgánicos, tanto por la cantidad que suponen como por las implicaciones ambientales de su mala gestión.
Asimismo, los estados miembros tienen la obligación de adoptar las medidas necesarias a través de  planes y programas de gestión de residuos para garantizar que se logran, entre otros, los siguientes objetivos:

  • Antes de 2020, la cantidad de residuos domésticos y comerciales destinados a la preparación para la reutilización y el reciclado para las fracciones de papel, metales, vidrio, plástico, biorresiduos u otras fracciones reciclables deberá alcanzar, en conjunto, como mínimo el 50% en peso.
  • Reducción de los residuos municipales biodegradables (RMB) destinados a vertedero, que para el año 2016 será del 35% respecto de los RMB generados en 1995.
  • Promoción de medidas para impulsar la recogida separada de biorresiduos para su compostaje y digestión anaerobia y para promover el uso ambientalmente seguro del compost producido en sector de agricultura, jardinería y de las áreas degradadas.

En este contexto, el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, de conformidad con lo dispuesto en la Ley 22/2011, ha elaborado un Plan Estatal Marco de Gestión de Residuos (PEMAR 2016-2022), que contiene la estrategia general de la política de residuos, las orientaciones y la estructura a la que deberán ajustarse los planes autonómicos, así como los objetivos mínimos a cumplir de prevención, preparación para la reutilización, reciclado, valorización y eliminación. 
En dicho Plan cabe destacar la propuesta de una serie de actuaciones dirigidas a mejorar la gestión del flujo de biorresiduos presentes en los residuos domésticos, entendiendo esta fracción como el “residuo biodegradable de jardines y parques, residuos alimenticios y de cocina procedentes de hogares, restaurantes, servicios de restauración colectiva y establecimientos de venta al por menor; así como, residuos comparables procedentes de plantas de procesado de alimentos”. Entre estas actuaciones destacan:

a) Implantar de forma progresiva y gradual la recogida separada de biorresiduos para su tratamiento biológico (anaerobio y aerobio).
b) Reforzar el fomento del autocompostaje en aquellos lugares donde es fácilmente practicable (compostaje doméstico en viviendas horizontales en entornos urbanos y rurales, compostaje comunitario, autocompostaje en puntos limpios).
c) Introducir cambios en los sistemas de recogida separada existentes para reducir la presencia de impropios.
d) Construcción de nuevas instalaciones de tratamiento biológico y/o adaptación de las instalaciones existentes para incrementar la capacidad de tratamiento de los biorresiduos recogidos separadamente.
e) Regulación del fin de la condición de residuo para el compost/digerido de calidad y promoción de su uso como producto.

En este sentido, las Entidades Locales se presentan como un actor clave en el desarrollo exitoso de estas actuaciones, ya que según lo que establece la Ley 22/2011, de 28 de julio, de residuos y suelos contaminados, a estas Entidades les corresponde la prestación, “como servicio obligatorio, de la recogida, el transporte y el tratamiento de los residuos domésticos generados en los hogares, comercios y servicios en la forma en que establezcan sus respectivas ordenanzas en el marco jurídico de lo establecido en esta Ley, de las que en su caso dicten las Comunidades Autónomas y de la normativa sectorial en materia de responsabilidad ampliada del productor.”
La materia orgánica suele representar por norma general la fracción mayoritaria de residuos domésticos generados (según datos recogidos en el PEMAR, supone el 42% de la composición promedio de los residuos domésticos y asimilables), lo cual contrasta con el hecho de que, salvo en algunas zonas concretas como Cataluña y el País Vasco dónde la recogida selectiva de esta fracción está ampliamente extendida, la presencia de modelos que promuevan la segregación y recogida  diferenciada de los biorresiduos sigue siendo realmente escasa.
Todo ello confiere a la segregación y gestión en origen de los biorresiduos un elevado potencial de crecimiento, convirtiéndose en un aspecto clave que se hace imprescindible afrontar urgentemente para avanzar en la consecución de los objetivos establecidos por la Directiva Marco de Residuos para el año 2020, algunos de los cuales aún nos encontramos muy lejos de alcanzar.
El desarrollo de estrategias orientadas a la prevención y mejora de la gestión de los biorresiduos en el ámbito municipal llevará asociadas una serie de ventajas a tener en cuenta, entre las que destacan:

  1. Implantación de mecanismos que promuevan una gestión más sostenible de los recursos y la reducción de las emisiones GEI causantes del cambio climático, a la vez que se facilite el cumplimiento de la normativa en materia de residuos.
  2. Reducir la presencia de biorresiduos como material no solicitado en el resto de las fracciones de las recogidas selectivas municipales, incrementando con ello la eficiencia de separación de dichas fracciones en las plantas de tratamiento y una pérdida de la calidad de los materiales recuperados.
  3. Fomentar la adopción de estrategias de economía circular, promoviendo el compostaje doméstico y comunitario, y la utilización del compost producido en las plantas de compostaje.
  4. Reducción considerable de la fracción orgánica procedente de los residuos domésticos que acaba en el vertedero, minimizando con ello la generación de metano que se produce en estas instalaciones como consecuencia de la degradación de la materia orgánica en condiciones anaerobias.
  5. Facilitar la adopción de estrategias de prevención de residuos mediante el desarrollo de actuaciones que promuevan la reducción de los desperdicios alimentarios.

Para afrontar estos cambios en los modelos de recogida vinculados a la implantación de la recogida selectiva de biorresiduos, es fundamental incidir en la mejora de la información y formación de los diferentes grupos de interés implicados en la gestión de residuos domésticos. La participación de actores como la ciudadanía y las actividades comerciales del municipio, sobre todo de los grandes productores, será un aspecto clave en la consecución de la mejora de las tasas de reciclaje.
Asimismo, también será importante conseguir involucrar en el cumplimiento de objetivos a los responsables de las diferentes administraciones, en especial a los locales de los que realmente depende la gestión. Sin embargo hay recalcar que, para poder implantar cambios en los modelos que incluyan la recogida diferenciada de la materia orgánica, será esencial la adopción de medidas a diferentes niveles que faciliten la financiación a las administraciones locales para poder llevar a cabo diferentes actuaciones en este sentido, como por ejemplo:

  • Elaboración de diagnósticos y planes de acción para la mejora de la gestión de los residuos domésticos en general, y de la fracción orgánica en particular.
  • Redacción de estudios de diseño y dimensionamiento de sistemas de recogida de residuos domésticos, comerciales y asimilables.
  • Diseño y desarrollo de mecanismos de participativos que impliquen a los diferentes grupos de interés municipales en los procesos de cambio de los servicios de recogida.
  • Diseño y ejecución de campañas de comunicación y sensibilización, así como el desarrollo de planes acciones de comunicación directa y de proximidad.
  • Implantación y seguimiento de programas de compostaje doméstico y comunitario.
  • Programas de caracterizaciones de residuos.

En sm, sistemas medioambientales contamos con más de 20 años de experiencia en el campo del medio ambiente en general y de la gestión de los residuos en particular, habiendo desarrollado un gran número de proyectos vinculados directamente a la implantación y mejora de la recogida selectiva de la fracción orgánica en el ámbito de los residuos domésticos, comerciales y asimilables.

 

Ver PEMAR 2016-2022 pdf

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